
Elvira
Llegó de España cuando tendría siete u ocho años. Sólo están sus recuerdos y lo que le dijeron en la casa donde sus padres la abandonaron como criada.
Vivió siempre en el campo, nunca tuvo documento y algo tan simple para ella fue el drama de su vida.
Cuando conoció al hombre con quien compartiría su vida y tendría sus hijos no pudo casarse por no tenerlos, cuando uno de sus hijos se casaba, a último momento no pudo salir de madrina por el mismo motivo.
Luego, cuando falleció su esposo, decidió tramitar su documento a través de la justicia pero cuando el Secretario del Juzgado le pidió fecha de ingreso al país no sabía, barco en el que viajó... tampoco.
No había forma de resolver la situación, sus huellas dactilares estaban borradas... Había trabajado tanto, hasta ordeñando vacas en el campo, desde pequeña, que hasta se habían borrado.
El Secretario entendió que había que buscar una solución y por eso decidio estudiar mil posibilidades hasta que encontró una y a partir de allí consiguió orientar todo el expediente para que pudiera tramitar el tan ansiado documento.
El día que logró tener su documento comenzó el cambio de su vida, a los sesenta años se pudo anotar en una escuela y hoy, con setenta y dos años, escribe, lee y hasta dialoga con más soltura y simpatía.
Elvira hoy es feliz, siente que existe, que puede hacer lo que quiera pues ella también tiene su documento y hasta puede firmar.
1 comentario:
Rosario muy buena la historia de Elvira, es verdaderamente sorprendente.Uno nunca se puede imaginar que existan estas cosas. Cuàntas personas estaràn viviendo lo mismo en el paìs..`¡ Esto confirma una vez mas que la realidad supera la imaginaciòn y nos hace pensar ante los inmuerables problemas que ha tenido Elvira por su falta de documento de identidad cómo vivimos permanentemente pensando en lo que nos falta y no en lo mucho que tenemos. Tal vez en esa actitud està una de las causas por las cuales nos cuesta tanto vivir felices. Te felicito por tu pàgina
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